El calendario festivo de la comarca de la Sierra de Albarracín se nutre de la tradición cristiana, con fiestas como la Navidad, la Semana Santa, los patrones y las peregrinaciones a las ermitas, aunque también tiene otras de raíz pagana y con un fundamento muy práctico, como los mayos o la fiesta del toro.

La primera fiesta del año es la Epifanía, en Frías de Albarracín en la que se representa la adoración de los Magos, en la que caballerías bellamente enjaezadas con los pajes y los Reyes llegan al pueblo al anochecer acompañados de antorchas encendidas. Delante de ellos, un paje con una estrella anuncia su llegada. En la plaza, con las ramas de un gran árbol de Navidad, se construye una cueva que acoge un Belén viviente al que se acercan los Reyes para ofrecer sus presentes al Niño. Al terminar, niños y mayores reciben regalos costeados por el Ayuntamiento.

También en Frías de Albarracín, la Semana Santa concentra en el Domingo de Resurrección sus dos tradiciones más peculiares. Durante la madrugada se colocan las llamadas aleluyas en la plaza de la Fuente, que consisten en carteles elaborados fundamentalmente por los jóvenes donde se critican con chanza sucesos curiosos, anécdotas y hechos que hayan acaecido en el pueblo durante el último año, además de a personas públicas e instituciones, pero siempre con socarronería graciosa. Al hacerse de día comienza la procesión de la Virgen de la Paloma: de la ermita de San Roque sale el Niño, que se encuentra con la Virgen en la entrada del pueblo; allí las banderas que acompañan a cada imagen se harán reverencias y del manto de la Virgen saldrán palomas, lo que constituye una imagen plástica de gran belleza. En Monterde de Albarracín, el Domingo de Resurrección, durante la procesión del Encuentro, el pueblo entona un canto popular en el momento en que la Virgen y el Niño se encuentran en la plaza y se sustituye el manto de la primera colocándole uno azul. En Pozondón en Semana Santa, durante la procesión del Encuentro se sustituye el manto negro de la Virgen por otro blanco en señal de alegría.

El ciclo festivo de la zona de Albarracín continúa con los populares mayos. Esta festividad se remonta a la noche de los tiempos y es un método de fomentar la endogamia en los pueblos. La fiesta varía según el lugar, y la evolución a lo largo del tiempo, aunque la despoblación también ha perfilado las peculiaridades de esta fiesta. La fecha es la noche del 30 de abril, se sorteaban las mozas casaderas del pueblo incluida la Virgen y los mozos iban a cantar por las calles comenzando por la iglesia para honrar a la Madre de Dios. Ahora se va a la iglesia y después se hace una ronda por las calles, las coplas son una alabanza a la primavera, al mes de mayo y a la belleza de la mujer. Este acto se repite en los siguientes pueblos: Albarracín, Bronchales, Guadalaviar, Griegos, Torres de Albarracín, Tramacastilla y Villar del Cobo.

En otros lugares se complementa con la enramada, que es otra manera de agasajar a la amada, adornando la puerta de la novia con ramas de árbol y flores. Su festividad es el 23 de junio y se sigue celebrando en Griegos adornando la fuente de la plaza. Y en Guadalaviar.

El penúltimo fin de semana de junio se celebra la fiesta de la Comunidad de Albarracín, en ella se dan cita todos los pueblos que forman parte de la Comunidad y ciudad de Albarracín, son 23 pueblos que pertenecen a esta comarca, la fiesta pretende afianzar los lazos de unión de los miembros de la comunidad y consigue reunir a unas 2000 ó 3000 personas. Durante la fiesta se reparte carne, pan y vino entre todos los asistentes. Entre otras cosas se celebra una misa, juegos y se termina con una verbena. Cada año se va haciendo en un pueblo diferente.

Las fiestas de los meses de verano se dedican a los santos patrones de la localidad, la nota común en todas ellas es el correr los toros en las plazas, para ese uso o los lugares que se habilitan para ello. En algunos pueblos se va a recoger los toros al campo con caballos, lo que aumenta la espectacularidad del acto. Y al día siguiente se hace una comida común en hermandad de la carne del toro, guisada de manera tradicional para todos los habitantes del pueblo y quienes se acerquen por ahí. La fiesta taurina se hace en Albarracín, Bronchales, Monterde de Albarracín, Noguera, Gea de Albarracín, Griegos, Tramacastilla y Orihuela del Tremedal, allí se va a buscar a caballo los astados al puerto y se traen hasta la plaza de toros, donde se torean los novillos y el último día se guisa un becerro que se come en comunidad.

La Sopeta es una fiesta que se celebra en Bronchales el día 16 de agosto (dentro de las fiestas patronales) desde el siglo XIX. El Ayuntamiento reparte gran cantidad de vino que los asistentes preparan de diferentes maneras: unos con azúcar, otros con frutas, huevos etc. mojando en él la torta (de lo que le viene el nombre de Sopeta), todo esto a buen ritmo de música.

En Calomarde está la peculiaridad de ir a “pedir la torta” con la comida y bebida recaudada se hace la merienda de todos en la plaza, del mismo modo se hace en Torres de Albarracín y Villar del Cobo. También en Frías se hace este encierro en una plaza de toros que aprovecha el monte como graderío. En Guadalaviar, además de “pedir la torta”, se celebra la corrida en una plaza excavada en la roca, el Ayuntamiento dona un “pimpollo”, que es un árbol que los mozos venden para comprar una vaquilla, todo esto hace que el encierro de Guadalaviar sea uno de los más emblemáticos de la sierra de Albarracín. En Terriente, también se coloca un árbol en la plaza del pueblo que preside los actos de la festividad del toro. En Pozondón los santos de piedra, que es como se conoce a San Abdón y San Senén, son festejados como patronos el último fin de semana de julio. Se corren vaquillas en la plaza del pueblo y se acude en romería a su ermita, donde se cantan los gozos, se hace una procesión a su alrededor y se come al aire libre. A la vuelta, como manda la tradición, se para en el Corral del Trago que, como se deduce por su nombre, es lugar donde se bebe vino utilizando como recipiente una teja a la que se han practicado tres agujeros, lo que entraña una habilidad imposible de lograr. Al llegar al pueblo se sacan todos los santos de la iglesia para realizar la procesión. La noche del sábado los mozos y las mozas recorren las calles, cantando ingeniosas coplillas con el fin de que la gente les regale tortas huecas, que al día siguiente constituyen la base de la sopeta al comerse con ponche.

En Royuela se celebra la fiesta al santo patrón San Bartolomé el 24 de agosto, alrededor del toro y los cargos. Por su parte, los cargos son ahora voluntarios distinguidos con una banda, encargados de ofrecer una recepción a las autoridades y asistir a los principales actos, que a su vez son agasajados por los cargos entrantes del año siguiente, de quienes reciben pan y vino en lo que se da en llamar “cambio de cargos”. En la fiesta de la Virgen de los Dolores, celebrada el cuarto domingo de septiembre, esta imagen es muy venerada y preside la parroquia la cual procede del convento de los Trinitario, además, realizan el bandeo de la bandera en la plaza Mayor, donde cada uno de ellos (alrededor de seis) demuestran su habilidad en una especie de exhibición mientras los niños se ponen debajo. El cancionero de la población lo encabezan las antiquísimas coplas que se entonan en la procesión del Encuentro durante la Semana Santa y la salve a la Virgen en el Septenario de los Dolores.

En algunas localidades celebran una fiesta popular yendo a la ermita del pueblo y realizando una comida en hermandad que afianza los lazos de relación entre los vecinos del pueblo y de los municipios próximos. La gente de Bronchales va a la ermita de San Cristóbal el segundo domingo de julio, donde tras la misa el ayuntamiento sirve un almuerzo a todos los asistentes. En Jabaloyas se va el 10 de julio a la ermita de San Cristóbal, en Albarracín el 14 de septiembre se hace la romería al Santo Cristo de la Vega. En Frías de Albarracín, los peregrinos acuden a la ermita del Carmen el 16 de julio y en ocasiones van descalzos cumpliendo alguna promesa. En Griegos se llama La Malena y se acude a un pinar cercano con árboles centenarios donde se ubicaba una ermita hoy desaparecida. Los vecinos de Noguera visitan algunos santuarios de pueblos vecinos en una especie de romerías informales en el mes de septiembre: el de la Virgen del Tremedal, en Orihuela, la ermita del Santo Cristo de la Vega en Albarracín, y también se va a Royuela en la festividad de la Virgen de los Dolores. La Virgen del Tremedal es la patrona de Orihuela, con fiestas el segundo fin de semana de septiembre. La romería al santuario de la Virgen, sito en el cerro de su mismo nombre, confirma la devoción que no sólo los oriolanos sino todos los pueblos de la sierra, incluidos los de la vecina provincia de Guadalajara, tienen a la Virgen del Tremedal. Se recorren a pie con la imagen los cuatro kilómetros que separan la ermita de la población; al llegar se dan tres vueltas alrededor del edificio antes de entrar y cantar los gozos, y la misa será al aire libre porque sólo la explanada puede acoger a todos los asistentes.

Los vecinos de Rubiales celebran la romería al santuario de Nuestra Señora de la Fuensanta, en el término de Villel. El domingo de la Ascensión, en mayo, se acude junto a Tramacastiel, Cascante del Río y Valacloche, y el primer sábado de agosto se reúnen todos los pueblos de la comarca que en distintas fechas de mayo han peregrinado en la “Fiesta de la Rogativa”, donde los aspectos de unión comunitaria y lúdicos priman sobre el puramente devocional, si bien el santuario es venerado por sus factores curativos y protectores. Por otro lado los habitantes de Torres de Albarracín, Calomarde, Moscardón,… peregrinan a la Virgen de los Dolores de Royuela el cuarto domingo de septiembre, y no es raro ver a penitentes descalzos por el camino del monte en cumplimiento de alguna promesa. Esta romería se institucionaliza en el siglo XII, cuando D. Pedro de Azagra establece una romería anual a N.ª S.ª de los Dolores a la que acudían el cabildo y el Ayuntamiento de Albarracín, el día tres de mayo, “Inventio Santae Crucis”. Sobre sus tierras se fundamentaría el Monasterio de los Trinitarios, esta tradición se mantiene hasta mediados del siglo XIX en que iban sólo los representantes del cabildo y ciudad de Albarracín. También hay penitentes descalzos en la procesión de la Virgen del Carmen en julio.

Advierten del final del año las fiestas alrededor de la matanza, como en Pozondón que en el puente de la Constitución y la Inmaculada reviven la costumbre de la matanza del cerdo y se puede degustar la gastronomía tradicional. Y en Guadalaviar el 8 de diciembre se celebra la Virgen del Cubo, con una gran hoguera que se hace con la participación de todos los vecinos.

En algunas ocasiones amenizan las fiestas las agrupaciones musicales de la localidad, como es el caso de la Agrupación Laudística de Orihuela del Tremedal, que fue fundada en 1999 y cuenta con 25 instrumentistas, también en esta comarca se asientan los miembros de las Orquesta Laudísitica “Ciudad de Albarracín”, que ya tiene más de 16 años de andadura y por último, el Coro Parroquial de Gea, que está especializado en misas baturras y gregorianas.