Desde el punto de vista geológico, Noguera se sitúa en el contacto entre los materiales paleozoicos del macizo del Tremedal, que ocupan la parte norte del término municipal, y los sedimentos mesozoicos de su mitad meridional, con algunas manchas aisladas de arcillas y conglomerados terciarios de color muy rojizo, en donde justamente está instalado el pueblo.
El río Noguera discurre por esta localidad, tras recoger las aguas de los esquistos, pizarras y cuarcitas de la vertiente sur del Tremedal, y se une al río Garganta, que procede de El Rincón y Peñablanca (1.849 m), ya en los límites con Tramacastilla. El nombre de este río es fiel reflejo de su modelado geomorfológico ya que ha excavado una estrecha hoz o garganta, que en algunos puntos supera los 200 m de profundidad, desde la fuente del Mal Paso hasta prácticamente su confluencia con el río Noguera.

Frente a las laderas de tonos grisáceos y oscuros del Tremedal, con jarales y robledales, al sur del río Garganta, por encima del escarpe de calizas jurásicas en el que se encaja, se extiende un gran rellano correspondiente a una superficie de erosión terciaria (El Llano), a unos 1.600 m de altitud. Sobre esta paramera existe un gran número de dolinas, es decir pequeñas depresiones de forma subcircular producidas por la disolución de las calizas, cuyo fondo arcilloso es utilizado para el cultivo. Esta superficie es una zona de intensa absorción de agua a través de los materiales calizos jurásicos, que surgen en el valle en forma de fuentes.

Todavía pueden observarse algunas escombreras junto a la carretera, pertenecientes a las antiguas explotaciones de hierro, muy abundante en esta localidad, actualmente abandonadas a pesar de sus altos contenidos en óxidos de hierro.
El paisaje vegetal aparece dominado por los pinares asentados sobre materiales silíceos, que en ocasiones afloran en forma de pequeños resaltes rocosos, en uno de los cuales, conocido como el Peñasco de la Virgen, se encuentra un mostajo (Sorbus aria), clasificado como árbol singular debido a su rareza. Pero entre estas masas boscosas también podremos observar zonas con dominio de la jara o yesca (Cistus laurifolius), testigo de antiguos incendios y pastoreo intensivo, invadiendo incluso zonas de cultivo hoy abandonadas.

Lugares de Interés

El término municipal de Noguera contiene también algunos núcleos arqueológicos dignos de mención. Así, en el Cerro del Moro y en la Peña del Castillo se localizan dos asentamientos de época ibérica. De la misma época son los restos del enclave situado en el Cerro del Colmenar, en cuyas cercanías se localiza igualmente un interesante asentamiento de época romana imperial.

Por lo que respecta al patrimonio artístico, es de destacar la iglesia de San Miguel. Como obra del siglo XVIII, presenta una planta de tres naves, cubiertas la central con bóveda de medio cañón con lunetos, las laterales con bóveda de arista y el crucero con cúpula. Al exterior aparece como una construcción de mampostería roja encalada donde sólo las ventanas redondas, a modo de óculos, le dan cierto ritmo compositivo. La torre cuadrada, a los pies, apenas destaca con su segundo cuerpo de ladrillo. Dos fechas nos ayudan en su datación: 1742, inscrita en la portada, y 1776, año en que se fechan las pinturas del interior. Como es característico en algunas iglesias de la zona, el antepecho del coro fue realizado en una bella labor de forja.

En el camino al Regajo se halla la ermita de la Virgen de las Buenas Nuevas.

La tradición taurina se halla fuertemente enraizada en la Sierra de Albarracín y se expresa mediante encierros, novilladas, vaquillas y comida a base de carne de toro. En Noguera los toros centran las actividades lúdicas de las fiestas patronales, que se celebran del 29 de septiembre al 1 de octubre en honor a San Miguel, San Roque y Nuestra Señora de las Buenas Nuevas.

Al puerto de Orihuela se va a buscar los novillos, que se traen por el monte con caballos, lo Cual conforma una estampa de gran belleza plástica repetida en otros muchos lugares de la zona. Ya en el pueblo se guían hasta los toriles de la plaza de toros. La novillada se reserva para profesionales, pero al día siguiente, el último de las fiestas, los lugareños torean una vaquilla, cuya carne es luego guisada y comida en común.

El 15 de agosto se prende una hoguera por la noche para festejar a la Virgen, y para San Sebastián, copatrón de Noguera, el Ayuntamiento reparte vino, supervivencia de la merienda que antaño celebraba con tortas y vino. Por su parte, el Jueves Lardero (anterior al Miércoles de Ceniza) se sigue celebrando la fiesta tradicional en la escuela, pero el consistorio ha sustituido las naranjas que antes repartía entre los escolares por una chocolatada que reúne a niños disfrazados, madres y maestros.

Algunos santuarios de pueblos vecinos son visitados en una especie de romerías informales en el mes de septiembre: el de la Virgen del Tremedal, en Orihuela, la ermita del Santo Cristo de la Vega en Albarracín, y también se va a Royuela en la festividad de la Virgen de los Dolores.

La gastronomía local comparte con su vecina Tramacastilla y otros pueblos de la sierra las «sollapas» o tortas finas de harina, que se parten en trozos para hacer los «gazpachos», plato parecido al manchego, tal vez traído por los pastores, a base de patatas e hígado de cerdo.