En esta localidad se distribuyen una serie de peñas con representaciones de figuras esquemáticas, como son la peña Grande, la peña Chica, la peña de la Virgen y la peña de la Gran Figura. Se conocen algunos poblados ibéricos, como el de la Moricantada, y otros de época romana como Villarpardo y Villardoria.

Casi irreconocibles son los restos del antiguo castillo andalusí que posteriormente perteneció a los señores de Albarracín y a los reyes de Aragón.

En el cementerio aún pueden distinguirse los restos de la antigua iglesia parroquial, de estilo gótico. Construida en sillería, debió de cubrirse con bóveda de crucería, aunque hoy sólo subsiste en pie la parte de la cabecera. Recientemente ha sido objeto de excavaciones arqueológicas.

En 1558 se dio licencia para construir la nueva iglesia menos alejada de la población, pero no fue hasta 1584 cuando se iniciaron las obras, en las que llegó a intervenir el conocido arquitecto Alonso Barrio Dajo. La iglesia de Santa Catalina sigue el tipo de nave única con capillas entre contrafuertes y cabecera poligonal, aunque presenta una serie de innovaciones que la personalizan. Así, la cabecera poligonal está flanqueada por dos capillas de altura pareja a la central, que no llegan a manifestarse volumétricamente al exterior por estar cubiertas con una única techumbre. En el interior, mientras la nave central se cubre con bóveda de crucería, las capillas presentan distintos sistemas de abovedamiento plenamente renacentistas, como bóveda de medio cañón con casetones o cúpulas vaídas conchiformes. En la construcción de algunas intervino el cantero Domingo Pontones en 1589, junto a sus hermanos Bartolomé y Juan, carpinteros, a quienes se debe la capilla de los Martínez Rubio. Renacentista, pero muy austera, es la portada, de dos cuerpos y coronada por un frontón. La torre, a los pies, es de planta cuadrada y queda rematada por un cuerpo octogonal.

La iglesia de Rodenas posee una excelente serie de retablos. En la primera capilla de la nave del evangelio aparece el interesante retablo gótico de San Juan, obra fechable hacia el primer tercio del siglo XV, que ha sido emparentado con la corriente internacional valenciana. El resto de retablos son en su mayoría del siglo XVII y del XVIII, como el dedicado a la titular, firmado por Joseph Ramírez.

El caserío de Rodenas presenta una perfecta simbiosis entre la piedra de rodeno utilizada en sus casas y el entorno en que se halla enclavada. En sus calles se distribuyen también algunas bellas casonas. En lo alto del pueblo se encuentra la cisterna, que según la tradición es de origen musulmán. Es un ejemplar único que se remata con una torrecilla coronada por un cupulín de hierro calado.

A finales del siglo XVI se construyó la ermita de Virgen de los Poyales, de una nave cubierta con techumbre de madera a dos aguas.

Los patronos de la localidad son San Deodato y Santa Catalina, celebrados el 19 de junio con reparto de pan bendito y en algunas ocasiones de cañamones en la puerta de la iglesia. El primer fin de semana de agosto tienen lugar unas más concurridas fiestas de verano donde es tradicional ir a comer un día a la fuente la típica caldereta de cordero.