Ruta 2: Los castillos

BRONCHALES-MONTERDE-POZONDÓN-RÓDENAS-PERACENSE

Castillo de Peracense

La ruta de los castillos nos adentra a conocer los preciosos castillos de la Sierra, testigos vivos de su historia medieval más interesante. Así pues, el castillo de Peracense es realmente espectacular. Junto con el de los Ares destacan por su piedra rojiza de rodeno, que sorprenderá a sus visitantes. Además, visitaremos Ródenas, Peracense y Monterde, preciosos pueblecitos que invitan a un paseo por sus calles.

Sigue esta ruta para adentrarte en historias medievales y sumergirte en su flora y su fauna únicas.

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Municipios que vamos a visitar en la ruta 2

Mapa de la ruta de los castillos

Fotos de la ruta 2, de los castillos

Barranco del Cardoso

Barranco del Cardoso

En las parameras que forman los relieves karsticos del noreste de la Sierra de Albarracín, se encuentra uno de los sabinares mejor conservados de la Península Ibérica. Esta ruta nos sorprenderá, al poder contemplar un rico patrimonio cultural, adecerado por paisajes increíbles formados por la acción del agua sobre el Rodeno y la caliza.
La ruta lineal de casi 40 km podemos empezarla en tanto por el pueblo de Peracense, como por Bronchales.

Si comenzamos la ruta desde Bronchales, es recomendable hacer una primera parada antes del desvío a Monterde, donde una señal nos indica que a 1 km podremos observar una “celada”, el recorrido que coincide con el SL-TE46 merece la pena para poder observar este conjunto de formaciones karsticas.

Continuamos carretera a Monterde, los quejigos y encinas nos acompañarán durante todo el recorrido y poco a poco el increíble sabinar irá conquistando el terreno. Merece la pena acercarse a la Sabina Monumental de la Jara situada junto al Barranco de la Cañada, muy cerca de la carretera, junto a unas edificaciones en ruinas. Ya en Monterde; es imprescindible que recorramos el pequeño pueblo y nos deleitemos con su hermosa iglesia.

Desde Monterde podemos acceder en vehículo todo terreno, en bicicleta o andando al sabinar de Monterde, el gran desconocido bosque de sabinas que, con una superficie de más de 14.000 hectáreas, está considerado el más extenso de Europa. Está incluido en la Red Natura 2000. Pasear entre las sabinas monterdinas es pasear entre pedazos de historia, y no de historia contemporánea, ya que se calcula que estás sabinas tienen entre 500 y 1000 años…

Desde Monterde continuamos por la carretera que traíamos hasta coger el desvío hacia Pozondón, en todo este recorrido nos seguirán acompañando las imponentes sabinas. Ya en Pozondón , merece la pena perderse entre sus callejuelas, observar la bella arquitectura de la iglesia de Santa Catalina realizada en rodeno y fortificada. Y acercarnos al Centro de Interpretación de la Arquitectura Tradicional del Parque Cultural de Albarracín, situado en el antiguo horno del pueblo. Desde Pozondón, merece la pena hacer la ruta alternativa que nos lleva al Castillo de los Ares y al Peruano, la pista por la que hay que circular es apta para turismos en tiempo seco.
Volvemos hacia Pozondón y cogemos la carretera a Rodenas, muy cerca encontraremos el desvío a la ermita de los Santos de Piedra, donde podremos llegar en turismo con tiempo seco.

Desde allí podemos acercarnos a una inmensa dolina denominada “Hoyón de Pozondón”, espectacular ejemplo de formación kárstica de la paramera.
Rodenas es uno de los pueblos más pintorescos de la Sierra, sus casas e iglesia construidas con la piedra de rodeno de los alrededores, no dejarán indiferente a nadie. El aljibe, el Centro de Interpretación “Los secretos del Rodeno”, la iglesia de Santa Catalina, las casas nobles, nos dejarán un grato recuerdo de esta localidad.

Siguiendo la carretera hacia Peracense, llegaremos al Castillo de Peracense donde nos deleitaremos con su visita y su entorno, dando por concluido nuestro periplo.

Senderos, camina para descubrir el entorno de la ruta

Mapa de senderos
PR-TE 4
SL-TE 44: Ruta Histórica
SL-TE 46: Las Celadas (Circular 3,7 km)
GR 10 – ETAPA 09: Monterde de Albarracín-Albarracín
GR 10 – ETAPA 10: Monterde de Albarracín – Bronchales
GR 24 – ETAPA 09: Peracense – Monterde de Albarracín

Mapa de senderos

En este menú puedes seleccionar cada uno de los senderos para obtener información detallada.

Parque cultural de Albarracín

Su territorio, de forma estrecha y alargada, agrupa cinco términos municipales donde podemos encontrar manifestaciones artísticas rupestres declaradas Patrimonio Mundial por la UNESCO, interesantes conjuntos urbanos, yacimientos arqueológicos, restos de la guerra civil o construcciones de uso tradicional como hornos, molinos, tejerías y lavaderos, todo ello en un entorno natural de gran valor.

El conjunto de manifestaciones rupestres prehistóricas es, sin duda, el principal valor del Parque Cultural. Existen tres conjuntos de representaciones pictóricas rupestres en AlbarracínBezas y Tormón, y dos grandes zonas con grabados, rupestres en Pozondón y Rodenas. Dentro del Parque, existen varias rutas de senderismo señalizadas.

Entorno natural de la ruta

Geomorfología y Paisaje

En esta ruta podremos encontrar dos grandes unidades de paisaje:
1. Parameras de Pozondón, formadas en el periodo mesozoico, de origen carbonatado. Estas calizas acusan claramente los procesos erosivos que tuvieron lugar a finales del Terciario y principios del Cuaternario, originando extensas parameras sobre las que se ha desarrollado un karst muy intenso. Su huella en el relieve se traduce en los denominados poljes o depresiones, las grandes dolinas, aquí conocidas como “celadas” y las simas. En estos materiales, es frecuente la aparición de fósiles marinos, principalmente bivalbos.

Dolina frente a la ermita de la Virgen de las piedras

Dolina frente a la ermita de la Virgen de las piedras

2. Afloramiento de Rodeno de Sierra Menera , que da lugar a un espectacular relieve en areniscas y conglomerados del triásico. Se trata de la formación de callejones, abrigos, voladizos y tormos conformados en el periodo cuaternario. Todas estas formaciones proceden de la erosión química por disolución de los materiales que conforman las rocas, principalmente sílice de materiales cuarcíticos. También destaca la presencia de óxidos de hierro (hematies), que le dan el característico color rojizo a esta formación rocosa.

Típica formación de rodeno

Típica formación de rodeno

Pequeño tormo de rodeno

Pequeño tormo de rodeno

Vegetación

Cinco grandes formaciones vegetales componen el paisaje vegetal de la ruta:

Bosques de quejigo (Quercus faginea): bosques caducifolios, presentan hojas pequeña endurecidas, que indica su adaptación a climas con periodos de carencia de agua. Tienen un sotobosque muy abundante, con espinos albares, endrinos, rosales, etc. Su óptimo de crecimiento está entre los 1.200 y 1.500 m de altitud. En zonas de umbría y con suelos profundos se mezcla con la encina , la sabina y el pino negral. Se trata por tanto de una especie de transición entre un clima mediterráneo seco y el clima atlántico mas bondadoso. Es habitual ver ejemplares trasmochados, podados para alimentar al ganado, que luego rebrotan formando curiosos ejemplares.

Bosque mixto de quejigo y encina
Quejigo monumental

Sabinares albares (Juniperus thurífera): Se trata sin duda de una de las zonas de la Sierra con mejor representación de este bosque relicto. Tiene un interés científico y biogeográfico de primer orden, porque estamos ante auténticas reliquias de épocas pretéritas en las que dominaba un clima mucho más frío que el actual. Es el árbol más austero de nuestra flora, capaz de colonizar suelos esqueléticos en un ambiente de acusada continentalidad con fríos extremos y bajo soles abrasadores.
Los sabinares son bosques modestos, con alturas pocas veces superiores a los seis metros. la razón principal estriba en el lento crecimiento consecuencia de las condiciones ambientales antes descritas. Sólo en las tradicionales dehesas de vocación pastroil se han respetado árboles mas viejos, donde se yerguen ejemplares centenarios alcanzando dimensiones notables. También la dureza del clima confiere a los sabinares una fisionomía de bosque abierto o bosque estépico, con un típico aspecto de dehesa. El estrato herbáceo subyacente es muy rico y ha sido usado durante generaciones por los ganaderos.

Sabinar en umbría con acompañamiento de orla arbustiva
Sabinar en solana con enebro común

Encinares o carrrascales (Quercus ilex): la encina es un árbol esclerófilo, es decir, de hojas planas, perennes y duras. Esta característica y su potente sistema radicular le permiten tener un eficaz control hídrico, tan necesario para crecer en un clima tan riguroso como el que se desarrolla. Su fruto la bellota es el principal alimento de las numerosas especies de animales que pueblan el carrascal, que en zonas bien conservadas se convierte en uno de los ecosistemas más complejos y maduros, con una alta biodiversidad. Tanto es así que la Unión Europea incluye a los carrascales entre los hábitats prioritarios de conservación.

Encinar con campo de cultivo de secano

Cultivos y matorrales estepáricos: Las zonas más expuestas a los rigores climáticos no son capaces de desarrollar un estrato arbóreo, ni siquiera de sabinas. Encontramos en estas zonas matorrales bajos y espinosos, acompañados de sabina rastrera y adaptados al ramoneo del ganado y los vientos del páramo. Se trata de paisajes abiertos que no suelen tener cerramientos de piedras ni setos arbustivos. Predomina el cultivo del cereal (trigo y cebada), así como leguminosas forrajeras.
En las zonas más pedregosas no cultivadas se desarrollan arbustos como el tomillo, la lavanda, ajedrea y diferentes especies de genistas.

Zona aledaña a la ermita de los Santos de Piedra, donde se observa el típico hábitat estepárico con cultivos de secano y vegetación adaptada de enebro y sabina rastrera

No debemos olvidar los árboles monumentales o singulares que podemos encontrar en nuestro recorrido. En Monterde, la Sabina de las Casas de la Jara y Sabina de la Jara y en Pozondón: Sabina albar del Rincón.

Fauna

Ciervo

Ciervo macho

En los bosques de quejigo y encinas se refugian los ciervos y corzos, sobre todo este último encuentra su óptimo en estos hábitats. Son relativamente fáciles de observar, tanto es sí que se recomienda circular con mucha precaución por la ruta, sobre todo por la noche, para evitar una colisión fortuita con alguno de estos animales.

Hembras de corzo

Hembras de corzo

Tampoco debemos olvidarnos del jabalí, especie cada vez más abundantes por la zona.

Rayones de jabalí

Rayones de jabalí

En las parameras calizas donde se desarrollan los cultivos cerealistas y los campos yermos se cubren con matorrales de bajo porte, encontramos una variada avifauna esteparia; alondras comunes, calandrías, trigueros, codornices, collalba gris, cogujadas…. Desde las parameras y pastizales próximos aparece la perdiz, la tarabilla común, los alcaudones, el escribano montesino…..Multitud de especies que indican la riqueza y complejidad de estos aparentes yermos.
El término de Ródenas además de estas especies, al tener rasgos propios de llanura cerealista atesora especies esteparias singulares como la alondra de ricoti, la ortega, el alcaraván y el aguilucho cenízo.

Alcaraván

Alcaraván

 

Alondra ricoti

Alondra ricoti