Valdecuenca se encuentra asentada en una llanura al pie de la Sierra de Albarracín, en el sector suroriental; de hábitat concentrado, carente de definición estructural, sin ejes ni espacios urbanos definidos. Comparte con Saldón el centenario monte de sabinas con una extensión forestal de 1.356 hectáreas.

La superficie del término municipal es de 18,79 km2, con una altitud de 1.331 m., alcanzó en 1964 los 230 habitantes, siendo a mediados del siglo XVII 60 vecinos. En la actualidad, es uno de los pueblos que más ha padecido la despoblación, en la actualidad tiene 43 habitantes. Se encuentra a 34 Kilómetros de Teruel y a 19,5 de Albarracín.

La localidad está situada sobre una paramera calcárea, en la zona de cabecera de varios cursos que componen la cuenca del barranco Melero, que aguas abajo, trás unirse a otras ramblas, pasará a llamarse río Ebrón. Abundan las hoces fluviales en la parte meridional del término municipal, al atravesar la zona de La Muela. La vegetación dominante es la sabina, formando bosquetes de cierta extensión.

El poblado ibérico del Cerro del Molino es, por lo que respecta a la riqueza arqueológica del término, la nota más destacada.
A finales del siglo XVI o comienzos del siglo XVII se construyó la iglesia de San Nicolás. Reproduce el tipo heredado del gótico levantino, con nave cubierta por bóveda de crucería, capillas entre los contrafuertes y cabecera poligonal. Cobijada por un atrio de reducidas proporciones aparece una portada donde se evidencia el influjo del clasicismo característico de ese momento. La torre, a los pies, presenta un sólido volumen, con su único cuerpo cuadrado.

Junto a la carretera se encuentra la ermita de San Roque, que en 1618 acababa de ser construída. Como corresponde al momento de su contrucción, su única nave se cubre con bóveda de crucería estrellada y refleja influencia clasicista en los elementos conchiformes en los que se apoya la bóveda en el tramo de los pies.

Coetánea debe ser la ermita de la Purísima con la que presenta algunas semejanzas, con su única nave cubierta con bóveda de crucería.

San Nicolás de Bari, patrón del pueblo, es celebrado a mediados de agosto, con una procesión en la que se lleva su imagen desde la ermita de la Purísima, a la que vuelve una vez finalizadas las fiestas.